Tengo una cita, dónde he dejado el cardamomo??

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especias y hierbas aromáticas / Ingredientes
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Hoy os presento una especia que desde que puse los pies en Egipto ha ido acompañando todos mis fogones. Me refiero al cardamomo. Recuerdo haber visto a mi madre utilizarlo alguna vez, pero ha sido aquí donde me he realmente aficionado a este aroma tan especial.

Existe el cardamomo negro y el verde. Personalmente siempre consumo el verde, porque es más fácil de conseguir. Como todas las especies, es siempre aconsejable comprarlas en grano y triturarlas  en casa. De este modo evitaréis que tanto el aroma como sus propiedades disminuyan. Para gente achuchá y con poco tiempo, siempre se puede recurrir al de polvo.

Lo más interesante de este pequeño grano mágico es que sirve para “vestir” todo tipo de guisos, sopas, cremas e incluso postres, y para otras cosas….

Y algunos estaréis pensando: “Sí, ya, vale, y lo de las citas qué??”

Pues os comento que existe un lazo muy sutil entre el cardamomo y la sensualidad. Si al plato más sonso y aburrido le añadís un ligero toque de esta especia lo transformaréis totalmente con un aire exótico y oriental que en ocasiones románticas nunca viene nada mal … además, siempre os vendrá bien para evitar flatulencias comprometedoras.

Y es que el cardamomo está considerado la reina de las especias digestivas. ¿Por qué? Pues porque esta especia contiene unos aceites esenciales que protegen el estómago produciendo un efecto tonificante y carminativo.

¿Y antes de la cita? Pues saca el cardamomo!!! Recordad que los antiguos egipcios ya utilizaban esta semilla para masticar y tener así una boca fresca y evitar la halitosis, que reconozcámolos, en una primera cita nunca ayuda.

Si el objeto de vuestro deseo se atiborra con vuestra magnifica cena , recordad que es buena idea una infusión de cardamomo tras el postre, eso favorecerà la digestion y las distancias cortas.

¿Y después?

Pues dejar que os cuente una historia…

Cuenta la leyenda que en la época de las cruzadas existía un soldado cuyo caballo cada vez que olía el aroma de los cardamomos en el campo salía corriendo en busca de su yegua para colmar su deseos. El soldado encontraba esta situación de lo más inconveniente pero como era un buen caballo, en vez de sacrificarlo decidió castrarlo. De esta guisa lo llevó al caravanserail y tumbarlo para que le extirparan sus encantos. Casualmente, la mujer del Pachá del lugar vio al caballo tumbado y decidió preguntar qué pasaba. Cuando se enteró del asunto les sugirió que le dieran a beber litros de café, ya que ese era el remedio que ella utilizaba con el Pacha y funcionaba para alejarlo de vez en cuando de su lecho. Pues en aquella época se pensaba que el café reducía la energía vital del hombre. Por eso, desde entonces los hombres orientales se acostumbraron a echarle un granito de cardamomo al café para no contradecir a las mujeres y en el momento justo ganar sus favores.

Así que lectores mío ya sabeis, cardamomo antes, durante y después. Ya me contaréis …

Misbamia

1 comentario

  1. Carmen says

    Interesantisima la historia. Yo que vivo en la zona y nadie lo había comentado.
    A partir de ahora lo usaré mas a menudo.
    Sigue compartiendo tus conocimientos.
    Me encanta

    Me gusta

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